06 Jul Cómo aplicar la terapia Gestalt en tu vida cotidiana
Todo crecimiento personal conlleva un proceso, en el cual vamos a encontrar multitud de emociones, donde es inevitable encontrarnos con los dolores pasados o presentes, la terapia Gestalt no es la excepción en este viaje de crecimiento. Gracias a las prácticas y técnicas que conforman a esta terapia, es posible desarrollarse y abandonar los patrones repetitivos y dolorosos de nuestra vida. Sin embargo, para ello tendremos que ser capaces de mirar hacia nuestro interior y aceptar quienes somos, como actuamos, que pensamos y sentimos, conocernos implica mirar hondo y aceptar nuestro punto de partida. Aplicar la terapia Gestalt empieza desde el primer momento que entramos a consulta.
Conócete y desarróllate a través de la terapia Gestalt:
– Atender el presente: Lo que sucede está sucediendo ahora mismo, lo que fue ya no es y lo que será no está sucediendo. Estar en contacto con uno mismo implica ir atendiendo lo que nos está pasando, es vital para que pueda haber una reconexión con uno mismo.
– La aceptación: Aceptar lo que nos sucede a veces conlleva dificultades, ya que normalmente rechazamos ciertas parte de nosotros mismos o de la vida, sea el dolor, la tristeza, la alegría, el amor, etc. Cada uno tiene una visión muy corta de la realidad en base a sus creencias y aprendizajes. Poder aceptar quienes somos pasa por aceptar que nos sucede en cada momento, ampliar la conciencia de lo que somos y quienes somos.
– Asumir el compromiso de la responsabilidad: La responsabilidad es algo a veces mal entendido, claro que no todo en la vida depende de nosotros, siempre habrá factores que nos modifiquen o nos afecten. Pero esto no evita que lo queramos o no somos responsables de nosotros mismos, cómo nos gestionamos ante las dificultades, que tipo de contacto tenemos con nosotros mismo si entra dentro de nuestra responsabilidad. Si aceptamos esta responsabilidad acerca de lo que nos ocurre y nuestra realidad, estaremos dando el primer paso hacia un mayor bienestar con nosotros mismos.
Tenemos por lo tanto un método que atiende al presente, favorece la atención, la aceptación, amplia la conciencia de sí e incide en la responsabilidad como vía de desarrollo del potencial humano. Estos tres preceptos son aplicables a nuestro día a día, pero como todo músculo se desarrolla poco a poco.