«Darse cuenta» según la Terapia Gestalt

Darse cuenta en terapia Gestalt

«Darse cuenta» según la Terapia Gestalt

La Terapia Gestalt tiene como uno de sus preceptos básicos el “Darse cuenta”, poner atención a lo que sucede dentro y fuera de nosotros, con la finalidad de conocernos de forma profunda y poder identificar y atender nuestras necesidades reales. Nos enfocamos en el presente de la persona, en el momento actual, desde hay podemos abordar el síntoma y la problemática sin tener que recurrir al pasado o al futuro.

El ‘Darse cuenta’ es uno de los ejes vertebradores de la terapia gestáltica. Proviene del término inglés awareness, el cual no es literalmente así, pues la raíz de esta palabra proviene de los ingleses gewaer (conocimiento de una amenaza exterior y wary (prudencia o cautela). Es un término que está dentro de la terapia Gestalt, pero que ya había aparecido con anterioridad en otras etapas de la historia. Por ejemplo, el psicoanálisis habla de “hacer consciente lo inconsciente”, en la Grecia antigua existía el aforismo “Conócete a ti mismo”, y en Japón siempre ha existido el “Satori”, entendido como un estado en el que la persona se comprende de forma profunda.

El ‘Darse cuenta’ es una actitud

Según defiende Manuel Sorando, docente del Instituto de Terapia Gestalt de Valencia el ‘Darse cuenta’ debe formar parte de la vida de la persona, siendo como una actitud. En la terapia gestáltica, paciente y terapeuta dialogan, comunicándose mutuamente las perspectivas fenomenológicas. En definitiva, es lo que está sucediendo y cómo está sucediendo. El foco del diálogo se centra en las diferentes perspectivas que pueden tener ambos, pero siempre con el objetivo puesto en darse cuenta de lo que el paciente hace, cómo lo hace y cómo puede cambiar.

Zonas para ‘Darnos cuenta’

Fritz Perls, padre de la Terapia Gestalt diferencia tres zonas desde las cuales el sujeto puede ser consciente del momento presente. Identificando sensaciones, sentimientos y pensamientos.

  • Zona interna: Está relacionada con la auto-observación, identificar lo que estoy sintiendo en este momento, en qué estoy pensando realmente, qué estoy sintiendo físicamente.

  • Zona externa: Tiene que ver con lo que está en mi entorno. Qué es lo que está pasando fuera de mi, las cosas tan obvias que siempre pasamos por alto. Tiene mucha relación con el contacto sensorial.

  • Zona intermedia: Es el espacio más complejo para el sujeto y requiere de un proceso terapéutico para llegar a él. Aquí encontraremos nuestros prejuicios, las ideas que tenemos preconcebidas, fobias y filias que no habíamos identificado todavía en nosotros pero que son responsables de nuestros actos.